jueves, 15 de enero de 2015

Minería Argentina: Balance 2014 ¿Qué viene en el 2015?

Promediando el año 2013, se avizoraban malos vientos para la minería en Argentina. Por ese entonces, el principal factor negativo era la caída de los precios internacionales de los metales. El balance ese año fue muy malo, con el colofón del cierre -nada menos- que de los dos grandes proyectos estrella como Potasio Río Colorado y Pascua Lama.




Por  Dr. Favio Casarín Presidente de la Asociación de Profesionales de las Industrias del Petróleo y de la Minería de Argentina (APPMA).


Con este escenario, no se podía esperar mucho para el año 2014. Salvo la esperanza, poco había en el horizonte. Pero la esperanza, es sólo un estado de ánimo mediante el cual se considera que lo que uno desea, puede ser posible. Así se anunciaron inversiones para el año 2014 de cerca de USD 4.000 millones, solo basados en la esperanza. En la economía, en la industria y en cualquier actividad empresaria, no bastan las esperanzas ni las buenas intenciones. Hacen falta hechos concretos, por lo menos medidas que morigeren un impacto negativo y, si somos más audaces, que cambien el rumbo. Ninguna de ambas se han tomado, y el año 2014 termina con un balance negativo para la minería, y por cierto lejos, muy lejos de los prometidos USD 4.000 millones.

La actividad exploratoria siguió estancada, y viene cayendo desde al año 2011. Aun cuando no lo pareciera, es un dato no menor. La minería necesita años para poner un proyecto en producción, y sin exploración, son años irremediablemente perdidos. Aún con un cambio en las condiciones y en las inversiones, estos años perdidos en exploración se sentirán.

Los proyectos mineros en producción pasaron un año de muchas dificultades, concentrados en la ingeniería de costos y reduciendo personal y en algunos casos áreas claves como la comunicación. Si, aunque parezca absurdo, existen corporaciones y empresas que en el año 2014 y con 9 provincias que prohíben la minería, consideran que la comunicación profesional es un costo, y reemplazable con un buen lobbysta. Así les va. Casposo y Gualcamayo con sus proyectos de minería subterránea pueden mirarse como nuevas inversiones, o tan sólo como intentos de supervivencia.

En nuevos proyectos, salvó la ropa Sales de Jujuy, que sin duda es el gran acontecimiento minero del año. Por primera vez se producirá en el país carbonato de litio y no es un dato menor. También hay que decirlo: este proyecto tiene su gran artí-fice que es su CEO José de Castro, quien superó todas las tempestades para seguir adelante. Viví de cerca parte de esta historia, y el proyecto estuvo mucho más cerca de cerrarse que de seguir, sino fuera por la persistencia de la empresa. Merece destacarse, porque representa poco menos que un oasis en un desierto, o la lucha de un soldado solo contra grandes ejércitos de titanes.

Los factores internos que contribuyeron a la crisis minera tales como restricciones a las importaciones, el tipo de cambio fijo, prohibiciones al giro de utilidades, las demoras en el reintegro del IVA por exportaciones, merecían un tratamiento que morigere el impacto y atraigan inversiones. Nada cambió en este aspecto, y es una gran asignatura pendiente para el 2015. Países de larga tradición minera como Chile, Perú y Australia han puesto en marcha políticas de reducciones de impuestos y beneficios para evitar la caída de inversiones y el aporte de capital. Lo hacen ellos, debemos hacerlo en Argentina, que tenemos la carga impositiva total más alta de Latinoamérica. Otros sectores y actividades consiguieron que el Gobierno se ocupe de los problemas coyunturales y actúe en consecuencia. La minería no lo consiguió, y entre otras cosas porque en lugar de hablar de crisis, habló de grandezas y de inversiones multimillonarias sin sustento.

No menor ha sido la persistencia en el 2014 de desbordes a la seguridad jurídica, la rebeldía de algunas provincias contra las leyes que rigen la materia, y la imposición de gravámenes en clara violación a la Ley 24.196 de inversiones mineras, sucesivas y complementarias. Argentina tiene un mapa político minero con 8 provincias que prohíben la minería desconociendo la Constitución Nacional, el Código de Minería de la Nación y las leyes nacionales con supremacía provincial: Tierra del Fuego, Chubut, Río Negro, Mendoza, Córdoba, San Luis, Tucumán y Neuquén. Sumado a La Rioja, que si bien no ha dictado leyes inconstitucionales contra la actividad minera, en la práctica prohíbe la actividad. Son 9 provincias sobre 23 con la minería prohibida, casi un 40 % del territorio nacional. Hasta que esto no se elimine, seguiremos siendo un país jugando a la ruleta rusa en minería y un destino de inversiones periférico solo para épocas de abundancia de capitales, que no es precisamente la actual.

Para el 2015 se espera la puesta en producción plena de Cerro Negro en Santa Cruz. Puede incluirse el proyecto de litio en Jujuy entre Exar y Posco, se han anunciado inversiones en Catamarca en Bajo El Durazno; en San Juan en Pachón. Poco, muy poco para un país que ya tiene una tradición y ha gozado de un crecimiento sin igual en los primeros diez años de este siglo.

Los recursos están. La actividad exploratoria de años anteriores ha puesto a la luz interesantes recursos de oro, plata, cobre, litio. Se ha producido un desarrollo de recursos humanos en todos los estamentos que hacen posible una minería competitiva. En un contexto internacional delicado, la atracción de inversiones requiere mayor agudeza y medidas concretas.
Debe bajar la presión impositiva, promover la plena vigencia de la Ley 24.196, eliminar las restricciones a las importaciones de bienes y servicios al menos para proyectos en exploración y en fase de construcción, derogar todas las leyes anticonstitucionales que prohíben la minería en las provincias. ¿Demasiado lo que se pide? Que entonces alguien explique cómo hacerlo en el actual contexto.

La esperanza es lo último que se pierde – volviendo al término utilizado a comienzos de esta nota-. Pero el que pierde de vista la realidad está condenado a permanecer en el error y a fracasar. No se espera un buen año 2015 para la minería. Sumado a todo lo expuesto, será un año electoral. Entre las principales fuerzas políticas, sus candidatos y referentes en la materia, se observa hasta el momento una gran orfandad y falta de ideas. Ninguno tiene un plan minero concreto. No podemos soslayar que en un año electoral la minería es mala palabra, y es otra de la gran deuda que tenemos: en materia de comunicación en el año 2014 también se ha retrocedido, seguimos persistiendo con una comunicación ambigua, sin imaginación, sin impacto en el receptor y defensiva. Pero esto será motivo para otra nota. ¿Habrá que esperar hasta el 2016? ¿Alguien cree que podemos darnos ese lujo?


Fuente Panorama Minero




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